Mientras que al fabricante le cuesta 17 euros realizar cada camiseta, éste las vende a las tiendas por 32 euros, por lo que se anota un margen del 19% en la venta final cuando el precio final del cliente es de 80 euros. Así, el beneficio de las tiendas ronda los 48 euros, a lo que habría que descontar los impuestos (21% en España).